En la prehistoria los hombres vivían de lo que producían en cada momento. Pero cuando las plantas, la
caza o la pesca de dónde vivían se acababan, debían irse a otro lugar.
Primero aprendieron a guardar parte de lo que cazaban para cuando
no existieran condiciones adecuadas para cazar o pescar. Más tarde llegaron a
la conclusión que podían cultivar, o criar a los animales: no debían emigrar y podían quedarse en el lugar dónde
les gustaba para vivir. Descubrieron así
la agricultura y la ganadería.
Pero con el paso de los años y de los siglos los hombres no se
conformaron en tener las necesidades básicas cubiertas. Por decirlo de algún
modo se fueron complicando la vida, aunque su intención era hacerla más fácil.
Se dieron cuenta que algunas personas tenían cosas que otros querían. Aprendieron que mientras unos podían producir
alimentos, otros podían dedicarse a hacer vestidos. Se inició así el trueque:
el pescador cambiaba al agricultor pescado por verdura.
Como no todo lo que se intercambiaba tenía el mismo valor, se
inventó el dinero. Así se podía comprar cualquier cosa a cambio de lo que se
pidiera.
Aparecieron los oficios. En la actualidad nuestras necesidades y
deseos se han ido ampliando. Unas personas compran lo que las
otras producen.
Desde la prehistoria hasta ahora, hemos entendido por necesidades
básicas: la comida, el vestido, y la vivienda. Pero debemos trabajar pare ganar
dinero y así comprarlo.
¿Qué pasa cuando no podemos atender nuestras necesidades a través
de nuestro trabajo? ¿Qué pasa cuando
nuestros vecinos o alguno de nuestros familiares es demasiado viejo para
trabajar o está enfermo? ¿Qué pasa cuando los inmigrantes vienen a nuestro
país? ¿Cómo cubren sus necesidades si no tienen nada?
No vivimos solos, o sólo con nuestra familia, tenemos otro tipo de
necesidades: educativas, sanitarias, asistencia social, investigación,
telecomunicaciones, carreteras, etc. Este tipo de necesidades afectan a todos
los miembros de una sociedad, y como cada persona no puede hacer frente por sí
misma a todas, las llamamos colectivas.
Si todos tuviéramos que pagarnos un maestro que nos enseñara, o
cada vez que quisiéramos ir algún sitio tuviésemos que hacer una carretera,
supondría un gasto que no podríamos cubrir. Es más fácil satisfacerlas si se hace de una forma ordenada y con el
esfuerzo de todos. Todos pagamos un poco para tener lo que necesitamos todos.
Pero para que estas necesidades puedan resolverse de forma
ordenada necesitamos que exista alguien que planifique la solución, nos diga
cuánto dinero cuesta, y pueda obtener los recursos necesarios para pagarlas.
Ese alguien lo llamamos Administraciones Públicas, que pueden ser
de distintos tipos las de la
Unión Europea , las del Estado, las de las Comunidades
Autónomas y las de los municipios.
Esta Administraciones se encargan de ofrecer soluciones para
nuestras necesidades colectivas, diseñando los servicios públicos. Se encargan
de decirnos cuánto cuesta cada uno de
ellos, y cuánto tenemos que pagar. También se encargan de recaudar los
impuestos, es decir el dinero que debemos pagar para poder tener esos servicios
públicos.
La educación, la sanidad, las carreteras, los transportes todo
ello son servicios públicos que conocemos y que utilizamos, y que no podríamos
tener cada uno por nuestra cuenta. Cada persona debe poner una parte de lo que
cuesta, que va a un fondo común y que después se compra con el dinero de ese
fondo común.
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Todos hemos ido al médico o
a un hospital. Los hospitales, los quirófanos, los aparatos para hacer
radiografías y otras pruebas a los enfermos, las camas, los sillones y sillas
cuestan mucho dinero y se pagan con el dinero de todos. Los médicos y doctores,
el personal sanitario, trabajan para que cuando los necesitemos podamos estar
bien cuidados. Pero nuestra familia no paga estos servicios cada vez que vamos.
Se pagan del fondo común que se forma con el dinero de todos.
¿Qué pasa cuando en un hospital va una persona enferma que no ha
pagado sus impuestos porqué no tiene dinero? Se atiende igual de bien que a las personas que tiene mucho dinero, porqué
nuestros impuestos también sirven para pagar la atención que se da a las
personas que no tienen dinero. Por eso decimos que pagar nuestros impuestos y demás
cargas sociales es ayudar a los demás. Es solidario, puesto que así no sólo nos
ayudamos a nosotros sino que ayudamos a aquellos que por circunstancias de la
vida no tiene lo mismo que nosotros. Pero además sirve para atender a las personas que pudiendo contribuir ahora
porqué tienen trabajo, puedan ser
atendidas cuando no puedan trabajar.
¿Qué pasa cuando una persona pierde su empleo o cuando no puede
trabajar porqué es mayor? ¿Qué pasa cuando nosotros estamos enfermos y no
podemos trabajar temporalmente?
Cuando hemos ido al médico
porque estamos enfermos, éste nos extiende una receta para que compremos los
medicamentos para curarnos, o para no volver a estar enfermos. Cuando se
compran medicinas con receta por indicación del médico, se paga en las
farmacias sólo una pequeña parte de lo que en realidad cuestan. La otra parte
no sale del bolsillo de quien las compra, sino con el fondo común que aportamos
todos. Es, por tanto, un gasto público del que nos beneficiamos todos los que
tenemos que comprar medicinas para curarnos.
¿Qué pasa cuando una persona se hace mayor y no puede trabajar?
Por ejemplo los abuelos. ¿Cómo viven? Pues reciben una cantidad de dinero del
fondo común que denominamos pensión. Las pensiones son un gasto público, que se
puede pagar con el dinero que se recoge de los impuestos y de las aportaciones
de trabajadores y empresarios. Así también podríamos hablar de la educación, de
los servicios sociales, de la policía, de los bomberos, etc. Para poder pagar
todos estos servicios públicos debemos aportar todos al fondo común. Cuando no
lo hacemos porque no queremos perjudicamos a todos los ciudadanos.
Si todas las personas pagáramos lo que nos
corresponde, habría mucho dinero para vivir todos mejor. Por ello, para ser
buenos ciudadanos, todos debemos pagar los impuestos que nos corresponden.
En España todos los ciudadanos tiene
derecho a trabajar para ganarse la vida, pero cuando no se puede, por estar
enfermo o ser anciano, porque se acaba de llegar o porque se pierde el puesto de
trabajo, o tenemos una imposibilidad física o psíquica para hacerlo, es
necesario que las Administraciones públicas a las que pagamos del fondo común
nos den soluciones para superar estos estados de necesidad. Nos ofrezcan
salidas para poder continuar educándonos, vistiéndonos, yendo al médico… etc.
En esto consiste la solidaridad social.
Que cuando alguien o nosotros no podemos
conseguir lo que necesitamos por nosotros mismos, entre todos podamos
ayudarnos, y superar esos estados de necesidad. Debemos colaborar entre todos
para que todos podamos tener lo necesario para vivir. Una de las principales
herramientas que tenemos para solucionar estos estados de necesidad es la Seguridad Social.
La Seguridad
social es un servicio público, que se
crea para ayudarnos cuando seamos
viejos, cuando estemos enfermos, nos ayudará también si perdemos nuestro
puesto de trabajo, si tenemos dificultades físicas o psíquicas. Nos ayuda para
que todos podamos realizar las mismas cosas en igualdad de condiciones. Deberá,
por tanto ayudar más a aquellas personas que más lo necesiten.
Porqué así todos podremos satisfacer nuestras necesidades en igualdad de
condiciones.
Por ello es muy importante que todos
contribuyamos al fondo común. No hacerlo supone perjudicar a las personas que
menos tienen, y puede perjudicarnos a nosotros mismos cuando lo necesitemos
Aquí presentamos las actividades de este bloque:
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